Soneto Cautivo.-
En silencio las horas
muy a menudo paso a mi manera,
mirando sin prejuicios la frontera
donde mis fantasías se muestran seductoras.
Al cielo miro en busca de brillantes auroras
cuando al atravesar la estratosfera
decoran con su brillo la ribera
sin costes ni demoras.
Pues a la soledad mi honor entrego
como incondicional y más sincera amiga
en cuya piel me siento muy seguro,
porque jamás me pide el más mínimo apego
aunque more sujeto a la intriga
augurándome claro un austero futuro.
|