Soneto Cautivo.-
Ojalá nuestra boca
a menudo se sacie bien de besos
cuidando al fin no cometer excesos
que rayando ya el vicio la miel nos sepa poca.
Quizás el desenfreno la locura provoca
si colados de amor hasta los huesos
no nos permiten caminar ilesos
que a disfrutar hoy toca.
Ojalá la pasión nos alimente
de manera sencilla por muchísimos años
hasta tocar la miel con nuestros labios,
que sin dudarlo nada parezca suficiente
para alcanzar sin pena los peldaños
como indican de veras tantos consejos sabios.
|