Soneto Cautivo.-
Si los mendigos andan
siempre de pobres por la vida chico,
yo de veras lo juro y certifico
quizás por que conozco los horrores de la panda.
Porque nunca jamás yo salgo de parranda
alabando la fe de ningún rico
sino que siempre reprimiendo el pico
me alejo de quien manda.
Hay quien a pulso atrae la pobreza
esgrimiendo sin pausa razones negativas,
cuando incluso duerme por las noches
y al más impresentable demonio va y le reza
sus no menos odiosas rogativas
con tal de no quedarse con todos los reproches.
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