Soneto.-
De nosotros se burlan, de narices,
el gobierno con todos sus secuaces,
que al gobernar parecen camicaces
haciendo gran honor a sus raíces.
Y es que nadie obviará las cicatrices
que sus abuelos fueron ya capaces
de comportarse como aves rapaces,
antaño al imponer sus directrices.
Porque pronto de esclavos nos veremos
todos con la cabeza bajo el yugo
que hoy a los poderosos interesa,
y cruel será el castigo, nos tememos,
porque piedad no espero del verdugo
que de rabia zarpazos da en la mesa.
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