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A LOS JEFES PEPEROS DEL CHANCHULLO
A los jefes peperos del chanchullo
deberían los jueces echar mano
y hacer que presos, cada vil tirano
nos devuelva la pasta por capullo.
Pues pasa por mi mente un gran murmullo,
muy digno de los tiempos de Trajano,
de aplicar la política aquí en vano
por escapar indemnes del barullo.
Seamos pesimistas compañero,
que gran peligro corren las pensiones
si el percal se nos muestra reticente,
que muy grande parece el agujero
por donde se escabullen los ladrones
por dura que parezca la pendiente.
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PARA SER OPTIMISTA COMPAÑERO
Para ser optimista compañero
motivos hoy no tengo ante la vista,
igual si tú me dieras una pista
recorrería yo el planeta entero.
Que conste, no te pido aún dinero,
aunque no sé si pronto estaré en lista
de quien con sus manejos nos despista,
dándonos una coz en el trasero.
No creo pueda yo vivir ausente
mientras los disparates se disparan
todos los días ya por medio mundo,
pues no sería el menda consecuente
si yendo por la calle me pararan
sólo por parecer un vagamundo.
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