Soneto cautivo.-
La vida que llevamos
podría ser un baile de disfraces
donde se pueden ver los capataces
que sin muchas disculpas muy dentro alimentamos.
Pues siendo mercenarios tan bien que disfrutamos
mostrando sin pudor los antifaces
de lo que somos siempre muy capaces
si de listos andamos.
Igual que aparentamos muy sinceros
aguantando carretas y también carretones
porque así nos sintamos prepotentes,
y a veces sin motivo saltamos los linderos
tratando de escapar de los follones
porque ser nos encante hoy día indiferentes.
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