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EL PLACER Y EL DOLOR CAMINAN JUNTOS
El placer y el dolor caminan juntos,
aseguraba Esopo, por la tierra,
haciendo que la vida luzca perra
y casi irremediable sus asuntos.
Por eso, no poner me cuesta puntos
donde con fe tu corazón se aferra,
donde hasta la razón incluso yerra
ante el recuerdo fiel de los difuntos.
Que a duras penas luchas sin aliento,
aunque ojalá la noche te cobije
entre tanto encomiendas a Dios tu alma.
Así aplacas la sed de este momento,
tal como el sano mandamiento exige
con gran sabiduría, honor y calma.
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