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SONETO.-
Suele el hombre morir sin dentadura
y quien sabe, dando sus consejos
como suelen hacer bastantes viejos
perdida la razón y la cordura.
Será que la vejez no tiene cura,
que a la vista se muestran los pellejos,
y a buen seguro a relucir los rejos
de quienes han impuesto su cultura.
No queda más remedio que aceptarlo
como si fuera pura ley de vida
por la cual nuestro sino igual se rige,
resultando imprudente no acatarlo,
por no redefinirlo de suicida
si contra la corriente se dirige.-
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