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SONETO.-
A quien su fe abandone, la cabeza
de un tajo que el verdugo se la corte,
mandando a Lucifer su pasaporte
por si al pairo quedara su riqueza.
Así quien a Dios no ama ni reza
que su esperanza de salvarse aborte,
porque en el cielo nadie le soporte
si no rinde respetos a su alteza.
Duro resulta ver que la locura
tratándose del tema religioso
vuelve majara a cantidad de gente,
quizás porque una gloria muy segura
les venda, y siendo el culto contagioso
rápido se propague su simiente.-
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