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SONETO.-
Fue un malvado y un monstruo de cojones
quien de la manga se sacó la pena,
pagando en los infiernos la condena
sólo por no creer en sus sermones.
Quién sabe si mostrando igual sus dones
sus defectos no entierra bajo arena,
cuando una vez planchada la faena
disfrutará a placer entre algodones.
Que astutos háylos hoy en este mundo
capaces de vivir del puro cuento
a costa de la fe de los humanos,
cuando tras un esfuerzo muy rotundo
capar consiguen todo sentimiento
-ilusión principal de los tiranos-.-
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