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SONETO.-
No le resulta a mis entrañas sano
creer a ciegas en un dios impuesto,
y sospechas abriga, manifiesto,
que el supuesto provenga de un tirano.
Pues las sectas no existen hoy en vano
si en convencer no echaran todo el resto,
cuanto el gurú de turno haya dispuesto
con gesto prepotente y tan lozano.
Es lo que de sus actos de desprende
conocidas sus tretas y artimañas
para tener al personal sumiso,
que toda su razón de ser depende
de sacar adelante sus campañas
pidiendo lealtad y compromiso.-
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