Si al diablo debo la vida
que endureció mi coraza
igual no tuve otra baza
sabrosa y entretenida
con la cual sacar provecho
cuando la fe se liquida,
pues bastante insatisfecho
me levanto de la cama
como atado de una rama
sin darme golpes de pecho
como practican los curas
al mirar lo que han hecho
de madrugada y a oscuras
seguro grandes locuras
sin tener ningún derecho.
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