Ojalá no requiera de dinero
mientras por este mundo esté con vida,
pues no conozco forma más jodida
que marcharse con plata al agujero.

Más bien poco nos dice el usurero
que a los pobres sujeta de la brida
con los métodos propios de un suicida
quien a todos aplica su rasero.

Ojalá que volvieran hoy los trueques
y se ajusten los precios a las cosas
atendiendo a sus justas prestaciones,

pues aunque ya no quedan muchos jeques
sus palabras se muestran poderosas
exigiendo se cumplan sus razones.

Luis Pérez