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SONETO CAUTIVO
Sin hablar del gobierno,
lo cual muy fácil para mí sería,
a menudo decir me gustaría,
que se ciñen ansiosos en abrazo fraterno
todos los condenados al verse en el infierno.
Y es que a nadie morir le gustaría
siendo considerado porquería,
al importarle un cuerno.
Ojalá que en el mundo los bandidos
paguen sus fechorías por tramposos
al reponer los daños por narices,
tanto que siendo libres o teledirigidos
no debieran quedar como morosos
ni dejar por doquier sus cicatrices.
Luis Perez.-
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