Soneto Cautivo.-
Al final del camino
no seré yo quien diga lo que quiero,
pues salir no podré del agujero
a reclamar al cielo diferente destino.
Quizás a grandes rasgos parezca yo mezquino
porque heredar no pude algún dinero,
y aunque me jubilé de marinero
tieso estoy como un pino.
Porque de nadie espero ya un regalo
creer apenas creo en las viejas promesas
en liza por los clérigos piadosos
sino que más bien huyo que me den con el palo
según las leyes del castigo impresas
por la curia romana en concilios famosos.
Luis Perez.-
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