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Quizás cansado de latir austero
mi corazón se muestra deprimido,
incluso yo diría, precavido
por si acaso le acusen de embustero.
Pues la vida se busca con esmero,
en tanto en cuanto de comer me olvido
por los cerros de Úbeda perdido,
tal como muchas veces lo prefiero.
Yo no sé si me sobran las palabras,
por no ser muy sincero entre la gente
viendo que me traicionen las sospechas,
pues mi alma anida ideas muy macabras
cuando se ve acusada de repente
por miradas sin fin insatisfechas.
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