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El juez con la justicia nos marea
juzgando a los corruptos, madre mía,
sabiendo que el asunto más se lía
cuanto más el ladrón legajos lea.
Tal vez muy mal se esté de la azotea
cuando con sin igual alevosía,
hoy se defiende tanta porquería
sin que ningún fiscal al fin lo vea.
Será que siendo un eficaz negocio
los abogados pícaros lo huelen
y al instante confiscan la carroña,
pues de engañar se trata siempre al socio
al cual con evasivas le repelen
si del plan no se entera ni de coña.-
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