Pues claro que me inclino a asumir
que la suerte al igual que la fortuna
ya vienen esculpidas de la cuna
mucho antes de empezarlas a vivir.

¿De lo contrario voy yo a presumir
que tanto curre a diario y en ayuna
me valdría mañana de vacuna
cansado de luchar y combatir.?

Quizás me gustaría ver a gusto
que la suerte es de quien se la trabaja
tomado como fruto del esfuerzo,

y no del andar siempre bajo el susto
de tener que comprar en la rebaja
la soga que me aprieta cuanto almuerzo.

Luis Pérez