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Dedicado a los golfos que están presos,
a trabajar a todos les pondría,
que ya está bien de tanta algarabía
dando unas vacaciones a sus huesos.
Resulta que a pesar de sus excesos
sus penas gozarán de garantía,
aunque nunca subsanen la avería
de la cual manifiestan ser confesos.
Quizás la ley hoy proteger debiera
desde distintos ángulos de vista
a las víctimas rotas e impotentes,
y no sólo en llenarle la cartera
al sufragar los actos del jurista
ávido en defender a delincuentes.-
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