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Si todos los castillos se me hunden
podría ser que muchos sueños fallen,
que mis entrañas como zorras callen
mientras los planes todos se le funden.
Porque tanto me hieren las cadenas
dormir no quiero nunca en los laureles,
que soñando se alivian hoy las penas
siempre que no se pierdan los papeles.
Pues paciencia requiere este camino
para no fracasar en el intento,
si perder no se quiere más el tino,
igual da de palabra o pensamiento.
Así que basta ya de hacer locuras
que muy caras resultan las facturas.
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