Cuando cierro los ojos me imagino
recorriendo un camino muy brillante,
y desde la mitad en adelante
todo parece ser muy cristalino.

Quizás no pierda nunca todo el tino
y acostumbrada el alma caminante
a su peregrinar perseverante
encuentre rauda su veloz camino.

Pero por mucho cuento que aquí vea
víctima de los miedos inconscientes
y estados alterados de conciencia,

listo ando por meterme en la tarea
manteniendo con fuerzas mis mordientes
salvo que me traicione la impaciencia.

Luis Pérez