Imparcial no parece la censura
cuando los que critican son colegas,
y te pueden romper la dentadura
si con ellos te metes en refriegas.

Igual se pierde fácil la mesura
cuando el antagonista pone pegas
y a los fiscales pide la factura
si de lugar le cambian las entregas.

Agradecer no puedo la medida
y menos admirar a quien decide
que la objeción no tiene aquí cabida,

porque con muy distinta vara mide
lo que un poeta con sus versos pida
y sin mayor motivo le liquide.-

Luis Pérez