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Si son como las pérfidas gaviotas
que van dejando su hiel a su paso,
a lo que yo, si puedo, no hago caso
aunque las tripas tenga casi rotas.
Será que alimentados con compotas
a los demás conducen al fracaso,
quizás para que duerman siempre al raso
mientras ellos se ponen bien las botas.
Y bien que se defiende en sus grutas
llenándose la boca de mentiras
aunque en la cara la verdad explote,
porque cobrar ya cobran sus minutas
mientras controlan sin parar las iras
que escapar no se escapan del bigote.-
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