Siento tanto la falta de tu amor
que si pudieran nuestros corazones
hacerse eco veraz de sus pasiones
no huirían de su pasto abrasador

Pues de tanto regar la misma flor
los cuidados se vuelven adiciones
donde mostrar piadosas intenciones
a veces cuesta ser un buen actor.

Quizás sea tan grande la congoja
que de piedra se ha vuelto toda el alma
dejando sin valor ya la existencia,

al ver como esa flor se nos deshoja
haciéndonos perder la menor calma
y sin darnos ninguna providencia.

Luis Pérez