El cuello nos aprietan los germanos
con la prima de riesgo por las nubes,
será que siendo brutos y tiranos
a la muchacha exprimen en sus clubes.
Pues muy oscuro pinta para España
con sus colegas díscolos del norte
que ni pescar le dejan ya con caña
si no muestra primero el pasaporte.
Si hasta para moverse necesita
hoy de los poderosos su permiso
visado a la sazón por Santa Rita,
que bendiga con sangre el compromiso.
Entre ladrones anda siempre el juego
al atizar con hiel su propio fuego.
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