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Con lo mejor del alma ellos se amaron
y en un abrazo fuerte se fundieron,
muy felices por muchos años fueron
hasta que los recelos lo empañaron.
Pero a los pocos meses ya se odiaron,
a ver un abogado que se fueron
y cada cual sus tesis defendieron
tal como en sus entrañas lo sintieron.
Así reza la historia de un divorcio
quizás por los vecinos anunciado
dando jaque en mitad de la partida,
pues el tema depende del consorcio
que pudiera acabar perjudicado
sin posibilidad de obviar la herida.
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