FELIZ AÑO DOS MIL DOCE DESDE LO ALTO DEL TEIDE.- SONETILLO
A tres mil metros de altura
despedí yo el año viejo
dejándome ahí el pellejo
al disfrutar mi locura,
sin que ninguna atadura
fácil me clavara el rejo
como si fuera un conejo
en mitad de la cordura.
Y recibí el dos mil doce
abriendo mucho los brazos
para gritar claro y fuerte
que nadie hoy me destroce
sin pudor y a puñetazos
los secretos de mi suerte.
|
Copyright © Todos los derechos reservados.
Publicado el: 02-01-2012
Última modificación: 02-01-2012
|