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Donde manda el dinero
bien podría sobrar la democracia,
incluso la justicia verbigracia,
puesto que nadie iría poner ningún pero.
Y muy bien que lo sabe quien hace de banquero
que de riquezas él jamás se sacia
lo cual tal vez sería una desgracia
si partes hoy de cero.
Ojalá que pudiéramos ser ricos
todos los habitantes que habitan el planeta
pudiendo desterrar las injusticias,
porque llenar podamos sin rubor nuestros picos
al compartir sinceros la receta
y que por todo el mundo se extiendan sus noticias.
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