Por campos de Castilla
camina Don Quijote muy distante
dándole buena caña a Rocinante
aunque mucho le duela la dichosa rodilla.

Detrás avanza Sancho siempre a toda pastilla
cuidando de que el burro no se espante
donde algún malandrín le eche el guante
bien lejos de la villa.

Y juntos discutían su aventura
tomando por gigantes los enormes molinos
tal que menudos líos se buscaran,

hasta que haciendo honor ambos a su locura
seguían recorriendo los caminos
y quién sabe si pronto la verdad encontraran.

Luis Pérez