Los extremos se tocan
pues para gloria siempre de unos pocos
que duermen machacándose los cocos
sin darse nunca cuenta que de frente se chocan.

Y son tantas las veces que las iras provocan
al ir bastante libres estos locos,
que logrando ahorrarse los sofocos
muy fácil se equivocan.

Porque rápidos son los intereses
en abrirse veloces sus secretos caminos
por las sendas infames del dinero,

sin calcular apenas cuantos son los reveses
que más bien pronto cambien los destinos
hasta del más valiente y leal compañero.

Luis Pérez