Hoy día lamentamos
que la venta abusiva de armamentos
se cumpla sin control ni fundamentos
aunque de sus ganancias a gusto nos forramos.
La muerte de soldados muchas veces lloramos
riñendo al mundo y a los cuatro vientos
que sin fin los insólitos tormentos
pronto los olvidamos.
Porque si no existiera un enemigo
sin pegas lo inventamos en mitad de la noche
donde la claridad se desvanece,
por la ausencia total de un malvado testigo
que pudiera cantar su reproche
diciendo la verdad que la ocasión merece
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