Pues me ocurre colega y compañero
que bastantes best sellers nos ofrecen
y que cada vez menos me apetecen
porque presto los tiro al basurero.

Y si tal fuera nuestro derrotero
creo que sus virtudes no merecen
masacrar esos árboles que crecen
ajenos al negocio de un banquero.

Cada día los hacen más rollizos,
libros que hoy nos cuestan una pasta
para gran regocijo de editores,

que igual pudieran ser muy bien chorizos
vendidos en cualquier sutil subasta
atendiendo a sus múltiples sabores.

Luis Pérez