Cuando me siento más solo que un perro
Cuando me siento más solo que un perro
apenas si valoro mi existencia
porque siempre mantengo la creencia
de que la voluntad ha de ser de hierro.
A veces a propósito me encierro
sin que deje constancia de mi ausencia
sabiendo que a menudo la evidencia
bien podría evitarme un vil destierro.
De todas formas a los cielos miro
cuando me toca patiñar el fango,
al observarme pálido e inseguro,
tanto que de la gente me retiro
aunque prestos me bailen un buen tango
aderezado del mejor conjuro.
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Publicado el: 11-09-2010
Última modificación: 00-00-0000
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