Como si fuera un saco de ansiedades
andando sobre piernas inseguras
porque si justifica sus facturas
tendría que ocultar sus vanidades.
Y muy poco se cuentan las verdades
de aquel que al sufragar sus aventuras
podría hasta rasgar sus vestiduras
negando sus ilícitos cofrades.
Y peor que defiendan el entuerto
como moneda de pagar favores
en esta España nuestra que es de todos,
cuando jamás se encargarán del muerto
aunque en la piel le salgan los colores
y mucho más se oculten los recodos.
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