Si no viera el terror y la miseria
delante de mis propias faldriqueras,
de muy poco le sirven las esperas
a quienes pueden sucumbir de histeria.

Y la crisis podría ser más seria
si acaso se dividen las banderas
y sin quitar de en medio las barreras
mucho más encarecen la materia.

De nada sirve a los que nada tienen,
que tan bueno es comer lo necesario
cuando sólo dependen de la ayuda.

Y Dios quiera que nunca desenfrenen
en revueltas que frente al dignatario
que esté de turno a todos les sacuda.

Luis Pérez