Nadie diga en tierra santa
que ha perdido la razón
donde se baila y se canta
siempre con el corazón.
Nadie diga en tierra santa
que quien no habla poco miente
pues ya lo sabe la infanta
que se enteró de repente
Y menos sabía el rey
que ha perdido la razón
cuando al censurar la ley
disfrutaba con pasión
Porque siendo buen carpanta
la juerga conoce bien
donde se baila y se canta
y se vende todo a cien
Así es que arropa a la reina
en sábanas de algodón
y a su majestad la peina
siempre con el corazón.
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