No peco por exceso o por defecto
si pudiera escribir sobre las flores
disimulando todos mis errores
como si fueran mañas sin afecto.

Pero sí aprobaría mi proyecto
bien alto y adelante con honores
apartando muy lejos los dolores
ahí donde entra en juego el intelecto.

Y no en vano prosigo contemplando
mi aura de espectador vindicativo
mientras los dioses hacen su fortuna

decidiendo conmigo cuanto me ando,
a través de mi juicio más furtivo
como si me escapara de la cuna.

Luis Pérez