Si al decir que apreciamos el planeta
la boca se nos queda pequeñita
no será por tener la piel bonita
nos juguemos su bosque a la ruleta

No hagamos de su piel una maqueta
donde hasta el pedregal se dinamita
por si acaso el fervor recapacita
y el caos no llegara hasta su meta

Poco interesa el aire que inhalamos
por más que contamine su contorno
mientras disfrutemos sus riquezas

Mañana Dios sabrá donde vayamos
que no exista otro tipo de soborno
capaz de provocar nuestras flaquezas.

Luis Pérez