Habituado a batirse en la batalla
no renuncia a la calma mi persona
en un mundo en que nada se perdona
pero utiliza al pueblo de pantalla

Porque bien sabe quien otorga acalla
la disconformidad se envalentona
por ofender se mete hasta en chirona
la disputa verbal hierve que estalla

A quién persigue el hombre en su locura
privando de sentido la justicia
que defiende la vida con la muerte

Qué colma su cabeza de amargura
para que su alma admita la violencia
y que la sangre corra de su suerte.

Luis Pérez