Cuesta sudor y demasiado llanto
el trajín de sentirse bien amado
sin que me sepa ver afortunado
y gozar del amor pleno de encanto

Pero sin valorar cómo ni cuánto
el suponerme siempre sojuzgado
me compromete a caminar callado
sin que por ello me conciba un santo

Si algún día pudiera permitir
que la vida devuelva lo negado
como decir te quiero nunca puedo

Cuánto me gustaría maldecir
tan terrible y detestable legado
que al parecer y sin remedio heredo.

Luis Pérez