Y cuando tu mirada se enternece
para poder decirle a mi semblante
si la dicha se extingue en un instante
que disfrute el placer que se merece

Porque si mi razón se estremece
aunque tu anhelo nada desencante
nunca conseguiré ser comediante
cuando tanta tristeza me desvanece

Por más que me tapone los oídos
perfumando mis brazos de jazmín
la mesura del mundo será poca

Para alejar de mí todo postín
sentir y enmudecer ahora toca
y agasajar la flor de mi jardín.

Luis Pérez