No me es suficiente la esperanza
allí donde nada se explica
para ver la mano divina
donde toda aclaración se agota
ni acepto con resignación
por qué la fe se me volvió
de pronto en indiferencia
Lejos ando de pensar
que me siento pobre e indefenso
en medio de tanta riqueza
pero no pongo tanto empeño
es escapar ileso
de ese mundo vano y mezquino
que sin cesar me tienta
Porque si vana es toda queja
y falso el lamento
no hay día que no persiga el secreto
de pensar como vivir coherente.