Pero hace ya de esto muchas primaveras
cuando aún la intuición se sostenía
de su sexto sentido
que guiaba tanto a los animales
como a las plantas
poniendo tanto el cuerpo y el alma
en el sueño como en el juego
siendo uno más entre todos ellos
mi cuerpo no era mas que labios
sin palabras expresando su silencio
como único y más eficaz lenguaje
Pero ahora preparado a vivir al día
desde la razón más convincente
única verdad posible
ando en cuerpo y alma endormido
con la mente siempre en guardia
capaz tan sólo de maldecir en silencio.