Como si la noche nunca
cerrara sus párpados
para que nadie pueda
esconder la mano
que tiró la piedra
ni descolgar del cuerpo
la sombra del deber
cometiendo su delito
Pero si no fuera de esta suerte
como se alimenta
la miseria humana
una vez satisfecha la vanidad
lejos de compadecer
todo lo que corroe el alma
no habría necesidad
de preservar la dignidad
con tanto despropósito.
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