Bien merezco gozar al cabo
mi paz tranquila
aunque no pueda evitar el fruto
de una conciencia contaminada
y a la vez esculpir a fuerza de golpes
esa nada que alimento
sentado junto a las horas
esperando que el cielo se acerque
y me sacie el instinto de ser humano
Pero quizá dormite desde hace siglos
y sueñe que nunca despierto
descubriendo cuantos dioses necesito
que rubriquen mi existencia
y heme aquí provocando a la suerte
porque sin goce el alma
a la vida impide su aprecio.