No sé qué persigo pero no paro en la huída
mi camino no parece tener meta ni fin
tampoco el sueño me suple la experiencia
y mis sentidos no tienen dónde recurrir
No sé si sólo divago pasto del olvido
tratando de poner mis manos en la llaga
de todo aquello que mis ojos no perciben
antes de que mi cuerpo y sus promesas
se convierta en templo para su ruina
Ni dotándome de la voz que hiere el viento
quiero competir en el escenario de la vida
para llegar a ser cada día más valiente
pero cada día me adentro más profundo
donde ya ni la intuición se presenta
en busca de los miedos más recónditos.