Yo que en sueños pude ver
todo aquello que respira
un mundo auténtico
también vi entre visos
como cuando fui a tenderle
mis manos sedientas
sólo me quedaba en suspenso
repartiendo mis propias miserias
y tanto se apresuraron
mis palabras como los hechos
que ahora rehuyo tanto la tristeza
como el disfraz de caperucita
amando por igual la vida apacible
que la tormenta violenta
una por ver pasar el tiempo
la otra por la lucha que llevo dentro.