Amigo de la soledad me declaro
para escuchar mi llanto
como latido que escapa
a la libertad del viento
Y amigo del silencio me defino
para sacar todo el jugo a la vida
sin pedir más a cambio
que la recompensa de estar despierto
Compañero de mi destierro me llamo
al perder de mis labios la esperanza
de encontrar otros besos
y mis brazos otro abrigo
sintiendo el vértigo que produce
encontrarse sin brújula ni norte
que no sepa siempre ni nunca
dónde voy a dirigir hoy mis pasos.