Siempre hay un motivo
para mantenerse bien cerca
del infierno que menos quema
con toda clase de oficios y mañas
como se obvian las flaquezas no tan queridas
y se aplauden los males más distantes
se atesoran para el recuerdo
apariencias como montañas
porque airear a los cuatro vientos
las miserias ajenas duele menos
y es todo una arte que entretiene
No quisiera equivocarme
si sólo pido prudencia
al vaciar sin rencor todo diálogo interior
que al mundo aburre y asedia
alejarse de ese escenario fantástico
y bajarse al universo posible
tan palpable y concreto
que a los mortales tanto embelesa.
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