Si pudiera alejar de mi
esa timidez traidora
disfrazada de ángel bueno
sin fe y ausencia de conciencia
que mordiendo crueles recelos
me evitara el esfuerzo
de rumiar reflexiones inútiles
inventado monstruos imposibles
adormilados en el camino
tejiendo trampas y enredos
como si me atara deseos al cuello
de piedra y desánimo
Si pudiera abandonarme
a mi única gloria
sin cejar en el empeño
de encontrar una ley superior
a la humana y divina que me gobierne
nunca sería salvador
de reinos ni imperios.
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